EL ESCRITOR COMPULSIVO

EL ESCRITOR COMPULSIVO
El gran Gustavo Adolfo Bécquer

EL ESCRITOR COMPULSIVO

El escritor compulsivo soy yo, Alberto Bellido y este es un blog dedicado a mi mayor afición, a mi mayor pasión: El cine, el séptimo arte.

En el blog los visitantes podrán leer y comentar diversos artículos así como guiones de todos los géneros redactados por mí y sus memorias de realización, es decir, las diferentes intenciones que me guiaron en el momento de crear cada historia.

Espero que todos disfrutéis con mi blog.

Un afectuoso saludo.

sábado, 28 de mayo de 2011

POEMA SOBRE "APOCALYPSE NOW", DE FRANCIS FORD COPPOLA.

SOBRE APOCALIPSIS NOW:

Es esta película una expedición al sórdido infierno,
Parece sacada de un genio loco, de su invención en el más frío invierno, en el averno.
Su desmesurada espiritualidad es una forma de afrontar la realidad,
Llega a ser indescriptible lo que desprende, la llama que prende.
Su megalomanía sólo es comparable a su brutal agonía.
El rodaje en sí mismo duró una eternidad,
El peaje fue de tres años, la escalera hacia la divinidad.
El argumento de este film es extremadamente paranoico,
Cada momento resulta intensamente diabólico.
Las primeras escenas.
Martin Sheen en su habitación de Saigón,
Simulando pelear contra el más fiero dragón.
Alcanzando un enloquecimiento que,
Mediante el sufrimiento,
Le lleva al más duro autoflagelamiento.
En este sentido, el dolor físico repercute en el ámbito psíquico.
El interminable viaje en el río con sus hombres.
La tortuosa senda por la que han de caminar,
Aquélla que más tarde les conducirá a un dramático despertar.
Su desafío existencial, su paso a otra vertiente en el plano dimensional.
A todas luces, es un trayecto iniciático,
Es un tormento mesiánico.
Con la celebración de navidad,
El ataque del vietcong les quitará la vanidad.
La aldea cruelmente bombardeada,
La visión de la madera quemada.
El sucio espectáculo de la guerra,
Ya sea por aire o por tierra.
Robert Duvall, en tirantes con gestos triunfantes,
Diciendo: Aquélla colina olía a victoria, a la más onda gloria.
La arena hecha polvo en la playa en proporción creciente,
Otra rayada consciente.
El napalm.
Su aspiración nos puede llevar a la más cruda colocación,
No hay en el mundo peor drogadicción,
Desiste de oler su aroma,
¡Ni en broma!,
puede llegar tú más negra conclusión.
Las bandadas de helicópteros,
Que van sobrevolando el cielo como ágiles coleópteros.
Al son de las valquirias de Wagner desfilan en ordenada procesión.
¡Cuidado! No las intentes mirar desde tú posición,
Pues estarás perdido y te sobrevendrá la crucifixión.
La música clásica te consigue centrar en la vertiginosa acción,
No pierdas ni por un segundo la atención.
La escena vale la pena,
No cambies de cadena.
¿La telebasura?, ¡Qué la tiren por un acantilado de altura!
No te permitas convencer por toda esa bazofia.
No dejes nada en el fregadero,
¡Tira del sumidero!
¡Arrójala al vertedero!

Seguimos: El coronel Kurtz.
Montañas de informes se acumulan en la mesa de Willard sobre este hombre maníaco,
Hay que poner fin a sus matanzas, diseñadas de un modo sistemático.
Pero primero, hay que pisar su reino de locura,
Para así ponerle fin y restablecer la cordura.
Es difícil encontrar las justificaciones de este hombre en su camino hacia el exceso,
¡Todo resulta demasiado espeso!
Su mente, como la jungla, es impenetrable,
¿Será una persona mínimante razonable?
Con un ser al borde de la locura,
Hay que tener mano dura.
Si no, acabará contigo sin pestañear,
Antes de que los ojos puedas abrir y cerrar.
Ese es Kurtz.
No entres en su siniestro juego,
Ni le des a la ruleta, pues saldrás majareta.
Pero, ¡Tampoco seas miedoso!,
Elige la opción más cerebral y saldrás victorioso.
Si optaste mal, ¡Ya no hay remedio!
La cabeza te cortará,
El cuello te cercenará.
Te exhibirá como un trofeo,
Serás un patito feo.
La música de los Doors y Jim Morrison.
Este es el digno colofón a la película,
Del que hay que hacer honorable mención.
La canción es loable hasta un punto enigmáticamente palpable.
Imposible de medir hasta un extremo que se pueda concebir.
Interminable para un final no catalogable ni clasificable.
Sin embargo, es una excelente canción,
Que te lleva a cotas inimaginables de emoción.
En definitiva,
Una composición hecha para soñadores de paraísos imposibles,
Puede ser impactante.
Y para jugadores de caprichos posibles,
Puede ser delirante.

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