EL ESCRITOR COMPULSIVO

EL ESCRITOR COMPULSIVO
El gran Gustavo Adolfo Bécquer

EL ESCRITOR COMPULSIVO

El escritor compulsivo soy yo, Alberto Bellido y este es un blog dedicado a mi mayor afición, a mi mayor pasión: El cine, el séptimo arte.

En el blog los visitantes podrán leer y comentar diversos artículos así como guiones de todos los géneros redactados por mí y sus memorias de realización, es decir, las diferentes intenciones que me guiaron en el momento de crear cada historia.

Espero que todos disfrutéis con mi blog.

Un afectuoso saludo.

miércoles, 12 de octubre de 2011

MICRORRELATO DE "LOS SMASHING PUMPKINS EN CONCIERTO"

Año dos mil dieciocho. Se cumplen ochocientos años de la fundación de la Universidad más famosa y antigua de España, la Universidad de Salamanca.
Precisamente, ese año, en el que se celebraba tan singular acontecimiento, coincidía con la enésima reunión de uno de los grupos punteros del estilo grunge: Los Smashing Pumpkins de Billy Corgan. El Manager del grupo había aconsejado a aquel talentoso y peculiar calvo que si abrir la gira mundial de presentación de su nuevo disco en la insigne ciudad universitaria española constituiría un inmejorable tanto a su favor y los Smashing Pumpkins recuperarían su puesto de privilegio en el Rock.
La noche del concierto, Alberto había acudido al Pabellón de la Sindical con su grupo de amigos. Luis, uno de ellos, le puso sobre aviso acerca de lo que iban a escuchar.
“Prepárate, Alberto. He oído ya el disco y te puedo asegurar que su sonido es el más rompedor y atronado que he escuchado en mi vida. Los críticos más veteranos han comentado en la radio que ni tan siquiera los Who, con el recordado Keith Moon rompiendo la batería sonaban tan fuerte”.
Las luces se apagaron y se encendieron unos instantes para hacer ver a los allí congregados que el grupo estaba listo, dispuesto  a asaltar el escenario y a conquistar a sus admiradores con sus nuevas canciones.
Y así sucedió, pero nunca un grupo de música llegó tan lejos. Rompieron las barreras del sonido y las guitarras y los amplificadores quedaron completamente destrozados, hechos añicos, trizas. Los Smashing Pumpkins hicieron honor a su nombre y se colocaron calabazas en sus cabezas, haciendo disfrutar de un intenso concierto de una hora y media de duración a los asistentes.
La multitud quedo petrificada. Todos y cada uno de los corazones de los congregados no habían podido resistir el retumbante ruido que se escapaba de los instrumentos musicales y habían caído fulminados al suelo, muertos.
Mientras, Billy Corgan y los suyos, abducidos por su música y ajenos a la inmensa tragedia que habían provocado, abandonaron el escenario.
Y ya en el backstage, el líder no pudo evitar sonreír y comentar la reacción del público con sus compañeros: “¡Habéis visto! ¡Han quedado satisfechos con nosotros! ¡Han acabado tan agotados que no han resistido nuestro ritmo! ¡Guau, si seguimos así seguro que conquistaremos el Mundo!”.

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