“¡¡¡Tachán!!! Después de un buen rato sin dormir, Alberto fue engullido por las fauces del primer sueño. El voluble subconsciente del joven bohemio imagino que, con sus obras, podría superar a los que, desde su primera adolescencia, eran sus idolatrados artistas. Fantaseo, sin constituir por ello un sacrilegio, ni tan siquiera un menosprecio para él, con que pronto compondría mejores rimas que Bécquer, entonaría mejores partituras que Tchaikovski, escribiría mejores relatos que Poe y realizaría mejores películas que Spielberg. Pero su dulce ensoñación fue interrumpida bruscamente por el despertador del vecino. Todo aquello había sido solo una maravillosa realidad alternativa”.
EL ESCRITOR COMPULSIVO
El gran Gustavo Adolfo Bécquer
sábado, 17 de septiembre de 2011
MICRORELATO DEL JOVEN BOHEMIO
MICRORELATO DE “EL JOVEN BOHEMIO”.
“¡¡¡Tachán!!! Después de un buen rato sin dormir, Alberto fue engullido por las fauces del primer sueño. El voluble subconsciente del joven bohemio imagino que, con sus obras, podría superar a los que, desde su primera adolescencia, eran sus idolatrados artistas. Fantaseo, sin constituir por ello un sacrilegio, ni tan siquiera un menosprecio para él, con que pronto compondría mejores rimas que Bécquer, entonaría mejores partituras que Tchaikovski, escribiría mejores relatos que Poe y realizaría mejores películas que Spielberg. Pero su dulce ensoñación fue interrumpida bruscamente por el despertador del vecino. Todo aquello había sido solo una maravillosa realidad alternativa”.
“¡¡¡Tachán!!! Después de un buen rato sin dormir, Alberto fue engullido por las fauces del primer sueño. El voluble subconsciente del joven bohemio imagino que, con sus obras, podría superar a los que, desde su primera adolescencia, eran sus idolatrados artistas. Fantaseo, sin constituir por ello un sacrilegio, ni tan siquiera un menosprecio para él, con que pronto compondría mejores rimas que Bécquer, entonaría mejores partituras que Tchaikovski, escribiría mejores relatos que Poe y realizaría mejores películas que Spielberg. Pero su dulce ensoñación fue interrumpida bruscamente por el despertador del vecino. Todo aquello había sido solo una maravillosa realidad alternativa”.
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