EL ESCRITOR COMPULSIVO

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El gran Gustavo Adolfo Bécquer

EL ESCRITOR COMPULSIVO

El escritor compulsivo soy yo, Alberto Bellido y este es un blog dedicado a mi mayor afición, a mi mayor pasión: El cine, el séptimo arte.

En el blog los visitantes podrán leer y comentar diversos artículos así como guiones de todos los géneros redactados por mí y sus memorias de realización, es decir, las diferentes intenciones que me guiaron en el momento de crear cada historia.

Espero que todos disfrutéis con mi blog.

Un afectuoso saludo.

sábado, 3 de diciembre de 2011

GUIÓN LITERARIO DE "EL TORQUE DE AUGUSTO"

GUION LITERARIO: “EL TORQUE DE AUGUSTO”.
SECUENCIA 1. SENDERO. BOSQUE CÁNTABRO. EXTERIOR. DÍA.
Fundido en Negro de Apertura.
Texto sobre Negro: “El torque de Augusto”.

VOZ EN OFF

Año veintinueve Antes de Cristo. Octavio Augusto es el primer Emperador de Roma. Ha salido victorioso de la guerra civil contra Marco Antonio y Cleopatra, extendiendo sus dominios por buena parte de Europa, África y Asia. Pero en la zona Norte de Hispania tiene que enfrentarse a las dos tribus celtas más salvajes y agresivas: Los Satures y los Cántabros. Y es el mismo Augusto en persona quien inicia esta última campaña...
Una columna romana está atravesando un bosque por un camino situado en el Norte de Hispania. Es una reluciente columna compuesta por Legionarios muy bien preparados. A la cabeza va el Estandarte y luego el Signifer, el Aquilifer y los Oficiales. Mientras tanto, en un lateral de la columna, el CENTURIÓN montado a caballo y con sus subordinados más próximos a su lado, golpea con su barra de madera a UNO  de los Legionarios.
CENTURION MARCO FLAVIO AQUILA
¡Vamos, más rápido! ¡Mantener el ritmo!
El LEGIONARIO gira la cabeza y le mira. Por su parte, a la mitad de la columna, se encuentra el PREFECTO SEXTO APULEYO escoltado por un TESEARIUS y varios DECURIONES. TODOS ellos a caballo. La columna continuó avanzando por el sendero.
Corte.
SECUENCIA 2. EXPLANADA DEL CAMPAMENTO. ZONA CÁNTABRA. EXTERIOR. DÍA.
La columna sale del bosque y llega hasta una explanada. El PREFECTO se adelanta hasta llegar a la altura del CENTURIÓN.

PREFECTO SEXTO APULEYO

¡Alto, Legionarios! ¡Aquí estableceremos el campamento!
Corte.
Un buen rato más tarde, ya hay varias tiendas de campaña en pie. Vemos a UN LEGIONARIO utilizando la Dolabra contra el suelo, mientras que OTRO LEGIONARIO está apuntalando un clavo.
Corte.
SECUENCIA 3. TIENDA DE CAMPAÑA DEL PREFECTO. ZONA CÁNTABRA. INTERIOR. DÍA.
En una tienda de campaña, en el centro de la explanada y, por tanto, del campamento, se encuentra el PREFECTO, sentado frente a una mesa. A su lado está el TESEARIUS, mirando unos papeles. En ese momento, entra el CENTURIÓN en la tienda de campaña.
CENTURIÓN MARCO FLAVIO AQUILA
(Cuadrándose y dirigiéndose al PREFECTO)
     ¡Se presenta el Centurión Marco Flavio Aquila, Señor!
PREFECTO SEXTO APULEYO
Bien, Centurión, descanse. El Tesearius y yo ya hemos organizado la rutina para hoy.
Entonces, el PREFECTO SEXTO APULEYO abre un pergamino donde han quedado asignados las diferentes tareas para los LEGIONARIOS.

PREFECTO SEXTO APULEYO

Quinto Cassius Rufus y Cayo Valerio Secundus para la guardia del granero, Demetrius Annio Felix para la limpieza de las letrinas, Domicio Nerva Furius...
En ese instante, el PREFECTO SEXTO APULEYO deja súbitamente de hablar y, separando la vista del pergamino, mira al CENTURIÓN MARCO FLAVIO AQUILA que está frunciendo el ceño, dándole a entender que prefiere ahorrarse semejante retahíla de nombres de LEGIONARIOS con sus correspondientes atribuciones para ese día. El PREFECTO le entrega el pergamino al CENTURIÓN.

PREFECTO SEXTO APULEYO

Tome, dentro del pergamino encontrará una hoja de servicios para toda la semana.
Por su parte, el TESEARIUS coge una tablilla y se la da también al CENTURIÓN.

TESEARIUS

El Santo y Seña de hoy es: El color de los dioses, rojo.
El CENTURIÓN asiente con la cabeza y sale de la tienda de campaña.
Corte.
SECUENCIA 4. SENDERO. BOSQUE CÁNTABRO. EXTERIOR. DÍA.
DOS LEGIONARIOS están patrullando por un camino cercano al campamento al tiempo que hablan.
LEGIONARIO QUINTO ARRIANUS
(Contento)
¡Qué suerte, Flavio! Patrullar es el servicio que más me gusta.
LEGIONARIO FLAVIO LONGINUS
(Precavido)
No tientes a la suerte, Quinto. Yo prefiero limpiar letrinas. A saber qué tipo de enemigos podemos encontrarnos por aquí.

LEGIONARIO QUINTO ARRIANUS
¡Vamos, Flavio! ¡No seas agorero! Hispania lleva Siglos pacificada. Además, ya somos veteranos. Tenemos experiencia en combate.
LEGIONARIO FLAVIO LONGINUS
¿Experiencia? ¿Cuál? ¿La de matar a nuestros hermanos en una guerra civil? Créeme, luchar contra los bárbaros no es lo mismo.
En ese momento, una CHICA CELTA, la HIJA del Líder Cántabro Corocotta, va caminando tranquilamente por el sendero, sosteniendo un canasto de frutas. Los DOS LEGIONARIOS se percatan, dejando de discutir.
LEGIONARIOS
(Al unísono)
¡¡ Alto!!
La CHICA CELTA, alarmada, los ve y se queda un instante mirándolos. Después, tira el canasto y sale corriendo. Por su parte, los LEGIONARIOS comienzan a perseguirla.
Corte.
SECUENCIA 5. BOSQUE CÁNTABRO. EXTERIOR. DÍA.
Pero la CHICA CELTA tropieza con una piedra, cuando ya se ha internado en el bosque, quedando a merced de los LEGIONARIOS, que sonríen de forma siniestra.

LEGIONARIO QUINTO ARRIANUS

¡Vaya! ¡Pero qué tenemos aquí! ¡Qué zorrita más hermosa hemos encontrado! ¿Verdad, Flavio?
LEGIONARIO FLAVIO LONGINUS
Sí, deberíamos llevarla al campamento. Seguro que el Prefecto nos recompensa.
La CHICA CELTA, aunque está en el suelo, no está asustada, pero sí intuye lo que va a pasar. El LEGIONARIO QUINTO ARRIANUS se le acerca, observándola con cara de sádico.
LEGIONARIO QUINTO ARRIANUS
Sí, en efecto, Flavio, nos la llevaremos, pero antes quiero reconocerla.
Entonces, el LEGIONARIO QUINTO ARRIANUS se quita el casco, con la intención de violarla, pero primero le arranca el torque del cuello. De repente, la CHICA CELTA saca una daga y se la clava en un brazo a QUINTO ARRIANUS, que cae a tierra retorciéndose, dolorido. Luego, la CHICA CELTA intenta recuperar el torque, pero el LEGIONARIO FLAVIO LONGINUS lo impide amenazándola con su espada. Finalmente, la CHICA CELTA decide huir.
LEGIONARIO QUINTO ARRIANUS
¡¡Por Júpiter!! ¡¡Maldita zorra!! ¡¡Atrápala, Flavio!! ¡¡Atrápala y acaba con ella!!
Sin embargo, el LEGIONARIO FLAVIO LONGINUS trata de tranquilizar a QUINTO ARRIANUS.
LEGIONARIO FLAVIO LONGINUS
¡¡Vamos, vamos, Flavio!! ¡¡Déjala!! Será mejor que te lleve al campamento para que te curen. Además, te puedes quedar con su torque si quieres, o venderlo a buen precio.
FLAVIO LONGINUS enseña el torque a QUINTO ARRIANUS y éste se relaja al observar el premio obtenido en el transcurso de su rutinaria pero accidentada patrulla. No obstante, QUINTO ARRIANUS no se fía de FLAVIO LONGINUS y le quita el torque de las manos.
Corte.
SECUENCIA 6. EXPLANADA DEL CAMPAMENTO. ZONA CÁNTABRA. EXTERIOR. DÍA.
Un rato más tarde, el CENTURIÓN MARCO FLAVIO AQUILA pasea por el campamento, comprobando su evolución y a los LEGIONARIOS. Algunos están ocupados en la cocina, preparando la cena, otros DOS trasladan un carro. Más adelante, ve a otro GRUPO DE LEGIONARIOS entrenando con las Rudus de madera. TODOS llevan túnicas menos el CENTURIÓN. Finalmente, ve a un bullicioso GRUPO DE LEGIONARIOS, ubicados en una esquina del campamento, e intrigado, se acerca a ellos. Los LEGIONARIOS están dando voces de forma apasionada.
LEGIONARIO TRES
     ¡Yo doy veinte Sestercios!

LEGIONARIO CUATRO

     ¡Pues yo doy treinta!
La causa de aquel batiburillo de LEGIONARIOS es el torque arrebatado a la CHICA CELTA. El CENTURIÓN MARCO FLAVIO AQUILA, muy intrigado, se acerca y ve al LEGIONARIO mostrando el torque.
CENTURION MARCO FLAVIO AQUILA
     ¿De quién es ese torque? ¿De dónde lo habéis sacado?
Entonces, los LEGIONARIOS QUINTO ARRIANUS y FLAVIO LONGINUS se miran. QUINTO echa la mirada hacia abajo y FLAVIO responde al CENTURIÓN.

LEGIONARIO FLAVIO LONGINUS

     Es mío.
Y justo en ese momento, una flecha perdida atraviesa el campamento, cayendo sobre el LEGIONARIO FLAVIO LONGINUS y matándolo. El CENTURIÓN MARCO FLAVIO AQUILA, alarmado por el inesperado ataque de los CÁNTABROS moviliza a los LEGIONARIOS con un potente grito.

CENTURIÓN MARCO FLAVIO AQUILA

     ¡¡A las defensas, rápido!!
Los LEGIONARIOS salen corriendo hacia las tiendas de campaña, poniéndose con diligencia las armaduras, así como cogiendo los Pilums y los Gladius. Por su parte, el CENTURIÓN le arrebata el torque al LEGIONARIO QUINTO ARRIANUS, que lo mira ofendido, y a continuación se dirige a la tienda de campaña del Prefecto.
Corte.
SECUENCIA 7. TIENDA DE CAMPAÑA DEL PREFECTO. ZONA CÁNTABRA. INTERIOR. DÍA.
El CENTURIÓN pone el torque sobre la mesa del PREFECTO SEXTO APULEYO.
CENTURION MARCO FLAVIO AQUILA
Se presenta el Centurión Marco Flavio Aquila. Señor, estamos siendo atacados y le he quitado ese torque a los soldados. Lo estaban sorteando.
PREFECTO SEXTO APULEYO
(Sorprendido)
¿Quién ha sido el irresponsable que ha traído un amuleto céltico al campamento?
CENTURIÓN MARCO FLAVIO AQUILA
Señor, ha sido el soldado Flavio Longinus, pero ya no podemos interrogarle. Ha muerto abatido por una flecha.
En ese momento, entra un LEGIONARIO en la tienda de campaña.
LEGIONARIO PETRONIO JULIO NERVA
Se presenta el Legionario Petronio Julio Nerva. Señor, el enemigo ha huido hacia el interior del bosque.
PREFECTO SEXTO APULEYO
(Satisfecho)
     Buen trabajo, Legionario, puede retirarse.
El LEGIONARIO se va y el PREFECTO se levanta, cogiendo el torque y comenzando a moverlo mientras piensa.
PREFECTO SEXTO APULEYO
Está claro que ese Legionario cometió un acto de desobediencia al no notificarnos el hallazgo del torque. Pero lo peor no ha sido eso, sino que ha intentado lucrarse con él.
     CENTURIÓN MARCO FLAVIO AQUILA
Pero Señor, a pesar de esta desobediencia, no ha de albergar la más mínima duda de que todos los Legionarios y yo somos leales a su mando.
El PREFECTO SEXTO APULEYO mira al CENTURIÓN de manera bienintencionada.
     PREFECTO SEXTO APULEYO
Bueno, al fin y al cabo ese pobre Legionario acaba de provocar una guerra. Y esta es una buena noticia porque tendremos a los bárbaros más cerca y así podremos acabar con ellos antes.
Entonces, el PREFECTO se dirige al TESEARIUS.
PREFECTO
Tesearius, apunte en su Agenda, en el día de hoy, el hallazgo del torque. Centurión, mande a un Legionario al Sur para solicitar refuerzos. Yo iré a Tarraco a reunirme con el Emperador y a entregarle este torque.
Otro LEGIONARIO entra en la tienda de campaña del PREFECTO.
LEGIONARIO ADRIANO CIPRIANO GALBA
Se presenta el Legionario Adriano Cipriano Galba. Señor, yo era amigo íntimo del Legionario Flavio Longinus y quería decirle que no fue él quien cogió el torque, sino Quinto Arrianus. Flavio me contó que cuando ambos se encontraban patrullando en el bosque se cruzaron con una mujer cántabra. Quinto quiso violarla, le arranco el torque del cuello, pero ella lo hirió y huyó. Y fue Quinto el que lo recogió. Prefirieron no contar nada al Centurión porque él quería quedarse con un buen botín al venderlo.
PREFECTO SEXTO APULEYO
Bien, soldado, agradezco su valiosa información. Puede retirarse.
Corte.
SECUENCIA 8. EXPLANADA DEL CAMPAMENTO. ZONA CÁNTABRA. EXTERIOR. DÍA.
El CENTURIÓN MARCO FLAVIO AQUILA, después de abandonar la tienda de campaña del PREFECTO SEXTO APULEYO, se dirige hacia la zona del campamento donde están ubicadas las letrinas, pues uno de los LEGIONARIOS a los que se le había encomendado dicha tarea era ADRIANO CIPRIANO GALBA, el fiel amigo del fallecido FLAVIO LONGINUS. El CENTURIÓN siente admiración por el valor y la sinceridad del LEGIONARIO ADRIANO CIPRIANO GALBA y está dispuesto a recompensarle por ello.
CENTURION MARCO FLAVIO AQUILA
¡Eh, Legionario, escúchame! Si estás cansado de limpiar letrinas puedo hablar con el Prefecto y convencerle de que te convierta en Librarius. ¿Se te dan bien las letras?
LEGIONRIO ADRIANO CIPRIANO GALBA
(Entusiasmado)
     ¡Sí, desde luego! ¡Mucho mejor que las letrinas!
CENTURION MARCO FLAVIO AQUILA
(Sonriente)
Bien, pues haré todo lo que pueda para que subas de categoría. Siempre conviene tener amigos leales como tú.
En ese mismo momento, delante de ellos están azotando al
LEGIONARIO QUINTO ARRIANUS, mientras que un CONSEJERO del PREFECTO, OPTIO, opina sobre el castigo proporcionado al LEGIONARIO traicionero.
CONSEJERO OPTIO
Esto es lo que ocurre cuando un Legionario juega a ser dueño de lo ajeno y vender objetos al mejor postor. El único que pude darlos o quitarlos es nuestro glorioso Emperador Octavio Augusto. Esto es lo que les pasa a los Legionarios del Emperador cuando la codicia los pierde.
Corte.
SECUENCIA 9. TIENDA DE CAMPAÑA DEL PREFECTO. ZONA CÁNTABRA. INTERIOR. DÍA.
El PREFECTO SEXTO APULEYO ordenó llamar al CENTURIÓN MARCO FLAVIO AQUILA para anunciarle su marcha a Tarraco, al encuentro del EMPERADOR OCTAVIO AUGUSTO, y que dejaba bajo su mando el campamento.

PREFECTO SEXTO APULEYO

Centurión, como ya le dije, voy a Tarraco a entrevistarme con el Emperador. Le dejo al mando del campamento. Prepare bien a los hombres, pues seguro que el gran Octavio Augusto vendrá en persona para someter lo antes posible a los bárbaros de estas tierras.
El CENTURIÓN MARCO FLAVIO AQUILA se cuadra ante las instrucciones dadas por el PREFECTO.

CENTURIÓN MARCO FLAVIO AQUILA

     Sí, Señor. Tendré bien preparados a los hombres.
Fundido en Negro Encadenado.
Texto sobre Negro: “Varios días más tarde...”
El EMPERADOR OCTAVIO AUGUSTO y el PREFECTO SEXTO APULEYO, nada más llegar al campamento, ordenan llamar al CENTURIÓN MARCO FLAVIO AQUILA. Cuando entra en la tienda de campaña, el CENTURIÓN se quita el casco y se cuadra.

CENTURIÓN MARCO FLAVIO AQUILA

     Emperador, Prefecto.
El EMPERADOR OCTAVIO AUGUSTO mira de manera triunfal al CENTURIÓN, luciendo orgulloso el torque en su cuello, ante la mirada expectante del PREFECTO SEXTO APULEYO.

EMPERADOR OCTAVIO AUGUSTO

Centurión, tenga dispuestos a sus hombres para esta tarde. Efectuaremos una expedición. Debemos someter lo antes posible a esos bárbaros. Hay diversos asuntos para los que me requieren en Roma y el Senado suele ser muy impaciente.

CENTURIÓN MARCO FLAVIO AQUILA

Con el debido respeto, Emperador, no creo que esa sea una buena idea. Todavía no conocemos lo suficientemente bien el terreno, y mucho menos las tácticas de los bárbaros.

EMPERADOR OCTAVIO AUGUSTO

(Indignado)
¡Acaso se atreve a contradecirme, Centurión! ¡¡A mí, al Emperador!! Hará lo que yo diga. ¿Comprende? ¡Vamos, vaya a preparar a sus hombres para la expedición!
El CENTURIÓN, aunque en franco desacuerdo con el EMPERADOR, no se atreve a hablar más, asintiendo con la cabeza y saliendo de la tienda de campaña.

EMPERADOR OCTAVIO AUGUSTO

(Sorprendido)
¡Vaya, Prefecto Sexto Apuleyo! ¡No sabía que tuviera bajo sus órdenes a un Centurión tan impertinente!

PREFECTO SEXTO APULEYO

(Conciliador)
Vamos, Emperador, tranquilo. Marco es un gran Centurión. Lo ha demostrado en diversas campañas en Asia y África. Lo que pasa es que se preocupa por sus hombres, como debe hacer todo buen Centurión, nada más. Seguro que pronto someteremos a esos bárbaros.

EMPERADOR OCTAVIO AUGUSTO

(Reflexivo)
Sí, Prefecto, puede que no haya sido demasiado justo y comprensivo con él. Por cierto, ¿Cómo me dijo que encontraron este collar?
El EMPERADOR señalo al torque.

PREFECTO SEXTO APULEYO

Se lo arrebataron dos Legionarios a una bárbara cuando estaban patrullando por el bosque.

EMPERADOR OCTAVIO AUGUSTO

Lo llevaré en la expedición. Puede que me de suerte si entramos en combate.
Corte.
SECUENCIA 10. SENDERO. BOSQUE CÁNTABRO. EXTERIOR. DÍA.
La columna romana, reforzada por los PRETORIANOS del EMPERADOR y los refuerzos procedentes del Sur, se adentra en el bosque por el mismo sendero por el que jornadas antes habían transitado por primera vez los ROMANOS. De repente, el EMPERADOR a caballo junto a sus PRETORIANOS, manda parar la marcha. Creía haber oído un ruido, pero se impuso un silencio sepulcral, por lo que dio orden de reemprender la marcha. El CENTURIÓN, aunque en voz baja, no puede evitar hablar con el PREFECTO.

CENTURIÓN MARCO FLAVIO AQUILA

Esta ha sido una mala idea, Prefecto. Este es el mejor sitio para una emboscada. Nos van a cazar como a conejos.

PREFECTO SEXTO APULEYO

(Imperativo)
¡Silencio, Centurión! ¡Acaso quiere desatar la ira del Emperador! ¡Ya le he defendido antes y no estoy dispuesto a hacerlo de nuevo!
En ese momento, se escucha un fuerte y estridente grito procedente de la garganta del Líder Cántabro, COROCOTTA. Inmediatamente, salen de los árboles en los que están apostados, a uno y otro lado del sendero, una horda de CÁNTABROS, cogiendo a los ROMANOS desprevenidos. Entre los CÁNTABROS también hay varias MUJERES, destacando por su bravura y valentía una de singular belleza, la CHICA CELTA, la HIJA de COROCOTTA. La lucha resulta breve pero intensa y por el bando ROMANO sobresalen el LEGIONARIO CIPRIANO GALBA, el CENTURIÓN MARCO FLAVIO AQUILA, el PREFECTO SEXTO APULEYO y el EMPERADOR OCTAVIO AUGUSTO. Por su parte, la HIJA de COROCOTTA, tras deshacerse de un par de LEGIONARIOS, vislumbra el torque en el cuello del EMPERADOR. Sin pensárselo dos veces, fue hacia él y con una fuerza desconocida logra derribarlo y con demostrada habilidad y pericia se lo arranca. De repente, los ROMANOS, al ver caer a OCTAVIO AUGUSTO, impactados, dejan de luchar, y los CÁNTABROS los secundan. La suerte de la batalla está en el aire. COROCOTTA avanza hacia el EMPERADOR y de un mandoble le tira la espada al suelo, poniendo la punta de la suya en la garganta de OCTAVIO AUGUSTO. El EMPERADOR, con la máxima dignidad posible, le transmite a COROCOTTA que está dispuesto a morir. Los CÁNTABROS, envalentonados, comienzan a gritar.

CÁNTABROS

(Al unísono)
     ¡¡Muerte!! ¡¡Muerte!!
Pero COROCOTTA mira directamente al EMPERADOR y se le quita de la cabeza la idea de acabar con él. Con un gesto, pide silencio a los suyos.

COROCOTTA

¡No, no le voy a matar! ¡Sé que esta sería una oportunidad única para acabar con nuestro mayor enemigo! Pero si ahora está sometido a mi espada no ha sido porque le haya ganado en combate. Además, ya tenemos lo que nos habían robado. ¡Vamonos! ¡Seguro que en el futuro tendremos que luchar más veces contra ellos!
COROCOTTA señala el torque que sostiene su HIJA, que está entusiasmada por haberlo recuperado. Se hace un silencio incómodo y por fin los CÁNTABROS obedecen a COROCOTTA y se retiran con rostros triunfales hacia el interior del bosque ante la inanición de los ROMANOS. Por su parte, el LEGIONARIO CIPRIANO GALBA observa impresionado, cautivado por su belleza, a la HIJA de COROCOTTA, hasta que ambos desaparecen de su visión seguidos por los CÁNTABROS supervivientes.
Fundido en Negro de Cierre.
Créditos Finales.
    



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