ARTÍCULO:
CALLE CLOVERFIELD 10: EL
REVIVAL DE LA CONSPIRANOIA.
La última película producida por el nuevo Rey Midas de Hollywood,
J.J.Abrams, (ahora que Spielberg está afrontando ya la parte final
de su carrera), me ha sorprendido agradable y positivamente, pues no
deja de ser un proyecto de limitado y bajo presupuesto, pero que te
mantiene pegado a la butaca hasta el final.
He de decir que al principio me hizo recordar, automáticamente, a
una de las películas icónicas del maestro del suspense: Alfred
Hitchcock.
Estoy hablando, claro está, de
Psicosis.
Y es que, como sucede en la película del genio británico, es una
mujer, (en un caso, la mítica Janet Leigh, y en el que nos ocupa,
Mary Elizabeth Winstead), la que a través de un coche parece huir no
se sabe muy bien de qué, si de su pasado o de su destino, (aunque
soy consciente de que esta afirmación puede parecer un contrasentido
para el lector, pues cualquiera que haya visto ambas películas sabe
que en Psicosis la protagonista huye por haber robado una
importante suma de dinero, mientras que en Calle Cloverfield 10,
está escapando del acoso de su ex novio).
Pero también, en sendos casos, la huida se ve cortada, interrumpida
inesperadamente...
Y, como por arte de magia, la protagonista despierta, aislada, en un
búnker, convirtiéndose en la huésped de un inquietante y
misterioso benefactor, interpretado de manera soberbia y contenida
por John Goodman.
Llegados a este punto, hay que continuar destacando y resaltando la
ambigüedad de este nuevo personaje, que acaba adueñándose del
protagonismo de la función y de la historia, trazándose un gran
paralelismo, con Psicosis.
Dicha ambigüedad, calculada, nunca deja de manifestarse a lo largo
del metraje, no sabiendo determinar el espectador sino hasta el
final, la bondad o maldad del protagonista, (algo que, dicho sea de
paso, está muy bien abordado también en otra película que he visto
recientemente, El regalo).
El círculo se completa un poco más tarde, con la inclusión de otro
personaje que no dejará de ser secundario, trás las primeras horas
de reclusión de la protagonista en una habitación.
A partir de ahí, de ese punto, la historia se va deslizando hacia
una sucesión de buenos y malos momentos vividos y experimentados por
los protagonistas, que acabarán resultando contradictorios.
El gran acierto que tiene la cinta es que el espectador llega a saber
en ningún momento del todo si lo que ha sufrido la protagonista se
trata de un secuestro, o bien, como muy convincentemente se encarga
de reiterar el protagonista, se ha producido un cataclismo, un
apocalipsis en la Tierra, con la consiguiente invasión
extraterrestre, que además ha dejado todo, con sus poderosas armas,
convertido en un erial.
Así pues, es una película que sabe combinar y conjugar muy bien la
intriga con la ciencia ficción, aparte de estar aderezada con
ciertos y bien distribuidos instantes de terror, coqueteando incluso
con el subgénero de los psicópatas o serial killers.
Hay que indicar que el guión está muy bien construido, con apenas
tres personajes y la maximización y aprovechamiento del espacio y,
por ende, del presupuesto, muy acertadamente.
No obstante, hacia la parte final de la historia, la misma se
descontrola un tanto, asimilándose a otras películas como La
cosa y La matanza de Texas.
Podría considerarse a este último segmento como ya plenamente de
ciencia ficción, como si fuera una pequeña gran película,
(perteneciente a los blockbusters a los que de vez en cuando nos
acostumbra Abrams), dentro de la película.
En resumen, Calle Cloverfield 10 es una película muy válida
y entretenida, propicia para disfrutarla estos días de vacaciones y
que nos hace recordar una época ya muy sobrepasada en el tiempo,
como fue la de la década de los cincuenta, con sus pequeñas y
artesanales películas de ciencia ficción, producidas y provocadas
por la conspiranoia en la que estaba inmerso y sumergido el mundo
debido a la guerra fría.
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