EL REY ARTURO EN EL
CINE.
Si hay una historia mítica y legendaria acontecida en el
Occidente europeo esa es, y con muchos
cuerpos de ventaja, la del Rey
Arturo y sus caballeros de la mesa o tabla redonda, la de su bella
esposa Ginebra y su caballero de confianza y mejor amigo, Lanzarote
del Lago, (que vino allende los
mares, de la actual Francia, y que al
convertirse en el amante de Ginebra, desencadeno la crisis que
llevaría al trágico final de la mágica y esplendorosa Camelot), la
del inteligente y maquiavélico
druida y mago Merlín y la pérfida y
malvada Morgana, la del ambicioso Rey Uther Pendragon, (padre
de
Arturo), y el cruel Mordred, (hijo de Arturo), así como de tantos
honorables e inolvidables
caballeros: Galahad, Perceval, Bors,
Tristán, Gawain, etcétera.
La eterna discusión que
lleva existiendo desde hace Siglos es cuánto hay de realidad y
cuánto de leyenda en esta historia.
Sí se sabe y se puede
confirmar que fue entre los Siglos V y VI, después de la caída del
Imperio Romano, cuando pudo vivir y cuando consiguió frenar y
contener la expansión sajona en las Islas Británicas.
Pero profundizando un poco
más, los elementos y sucesos que se pueden considerar reales se van
mezclando y confundiendo con los ficticios.
Y esta confusión no ha
sido, desde luego, ajena a las adaptaciones al cine que se han
realizado.
Haciendo un paréntesis,
antes de sumergirnos en el ámbito estrictamente cinematográfico,
hay que resaltar que existe una rica y variada literatura artúrica.
El primer autor fue un
misterioso monje que vivió no mucho tiempo después de aquellos
Siglos oscuros, de la alta Edad Media, llamado Gildas.
La obra de Gildas no es
muy profusa en detalles acerca del Rey Arturo, pero sí le llega a
retratar como a un Rey cruel y despiadado, alejado de la imagen
heroica que el transcurso de los Siglos le ha otorgado.
Sí que alude al mítico
Muro de Adriano, que servía como frontera y barrera defensiva frente
a las tribus bárbaras, sobre todo los pictos, a la caída del
Imperio Romano y el abandono de los nativos britanos a su suerte, y a
un acontecimiento capital como fue la decisiva batalla de Monte
Badon, en la que Arturo y los britanos salieron triunfantes en
detrimento de los feroces sajones.
Con posterioridad, hubo
una serie de autores que fueron engrandeciendo y embelleciendo la
historia de Arturo, (que tuvo un especial eco entre los trovadores y
poetas que narraban sus hazañas de pueblo en pueblo, en plena Edad
Media).
Destacaron Geoffrey de
Monmouth con su Historia de los Reyes de Britania; Chretién de
Troyes con el conocido ciclo de la Vulgata y ya en el Siglo XIX,
Alfred Tensión, con Los idilios del Rey, un ciclo de poemas
narrativos.
Todos ellos fueron
incluyendo elementos que Gildas había obviado, como la existencia de
Camelot y la tabla o mesa redonda, y el triángulo amoroso entre
Arturo, Lanzarote y Ginebra.
No obstante, la obra más
famosa acerca del Rey Arturo la escribió Sir Thomas Malory, titulada
La muerte de Arturo, publicada durante la transición de la Edad
Media a la Edad Moderna, a finales del Siglo XV.
En lo que respecta al
cine, el Rey Arturo tardó en hacer su aparición en el séptimo
arte, pues no fue sino hasta mediados del Siglo XX cuando se
produjeron las primeras obras.
Dejando aparte películas
que tocan tangencialmente a Arturo, como El caballero negro,
de Tay Garnett y El Príncipe Valiente, de Henry Hathway,
(aunque comparten el principal rasgo que voy a mencionar a
continuación), la principal gran producción de la temática es Los
caballeros del Rey Arturo, de Richard Torpe, épico melodrama
caballeresco con una historia idealizada hasta el extremo y
maniqueísta, pero al fin y al cabo una cinta de aventuras y
entretenimiento puro y duro, que era lo que demandaba el público
aquellos años. La protagonizaron Robert Taylor y Ava Gadner.
Avanzando más en el
tiempo, ya en la década de los sesenta, destacaron una versión
animada producida por Walt Disney y titulada en España Merlín,
el encantador y el brillante musical Camelot, dirigido por
Joshua Logan.
La película que
desmitificó plenamente a las anteriores es la singular Lancelot
du Lac, dirigida por el francés Robert Bresson, que se
caracteriza por su minimalismo y escasez de medios, (de hecho,
aquellos castillos relucientes son sustituidos por sencillas tiendas
de campaña), y el surrealismo y la atmósfera onírica de algunas de
sus secuencias.
Otra película aparte es
la desternillante Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos
seguidores, de los cómicos británicos Monty Python.
Y llegamos a la película
que, sin duda, ha sido aclamada y proclamada como la mejor de todas
las que se han hecho sobre el Rey Arturo, Excalibur, dirigida
por el irlandés John Boorman y con una joven Helen Mirren
interpretando a Morgana.
Como dato curioso, reseñar
que, en un principio, Boorman tenía previsto, nada más y nada
menos, que rodar una adaptación de El señor de los anillos, de
J.R.R. Tolkien, pero resultaba tan ambiciosa que la tuvo que
desestimar y, en su lugar, filmó Excalibur.
Finalmente, fue Peter Jackson el que bastantes años más tarde y
contando con un impresionante presupuesto, realizó una trilogía
basada en los libros de Tolkien.
Excalibur es una
película rodada a partir de un guión firmado por Rospo Pallenberg y
el propio Boorman, que adaptaron La muerte de Arturo de Sir Thomas
Malory, centrándose en la leyenda artúrica como un mito donde son
mostrados el origen, auge y esplendor, y la decadencia y declive de
su reinado.
Esta película también se
distinguió de las anteriormente comentadas por reflejar una Edad
Media brutal y despiadada, sin la más mínima concesión al
idealismo y que se acerca con mayor exactitud a los que debieron ser
esos años oscuros del Occidente europeo, ubicados temporalmente
entre la caída del Imperio Romano y las invasiones bárbaras.
La guerra civil y la
batalla de Camlan entre Arturo y su rebelde hijo Mordred queda muy
bien retratada en la película, aunque no así la otra batalla por la
que Arturo se hizo famoso, la de la victoria contra los sajones en el
Monte Badon, que apenas queda esbozada durante unos instantes.
Ya a mediados de los años
noventa fue realizada una nueva versión titulada El primer
caballero, dirigida por Jerry Zucker y protagonizada por los
mediáticos Sean Connery y Richard Gere.
En este caso, nos
encontramos con un Rey Arturo ya envejecido y que vuelve a recordar
más a las clásicas y aventureras películas de los años cincuenta
que a Excalibur.
Poco más tarde, Antoine Fuqua dirigió otra versión que se
inclinaba por la teoría, tampoco
descartable, de que Arturo fue, en
realidad, un General romano que lideraba como Comandante a un
contingente de la caballería sármata.
Su título es El Rey
Arturo:La verdadera historia que inspiró la leyenda.
Es otra cinta, plenamente aventurera y entretenida, protagonizada
por Clive Owen y Keira Knightley,
La última película sobre el mito de Arturo, aunque también se
aleja un tanto tangencialmente del
mismo, es
La última legión,
dirigida por Doug Lefler.En este caso, la historia alude al último, valga la
redundancia,
Emperador romano de la historia de Occidente, Rómulo Augústulo, que
es depuesto
por el líder bárbaro Odoacro, que lo aprisiona en
Capri, donde es rescatado por el fiel General Aurelio.
Los protagonistas viajan a Gran Bretaña, donde se ponen al mando
de la mítica IX legión,
convirtiéndose Rómulo en el Rey Uther, el
padre de Arturo.
La última legión es otra entretenida y trepidante
película, como
El primer caballero y
El Rey Arturo.
Respecto a las series emitidas por la televisión, hay que
destacar
Las brumas de Avalon, (miniserie de
la TNT);
Merlín,
(producida por la BBC). Y
Camelot, (producida por el canal
de pago Starz e
impulsada por el creador de
Los Tudor, Michael
Hirst).
Para concluir, indicar que en el verano del 2016 se estrenará una
nueva aproximación al Rey Arturo,
dirigida por Guy Ritchie, y cuya
intención es convertir la historia del mítico caudillo britano en
una saga de seis películas.
El Rey Arturo, que murió junto a su hijo y enemigo Mordred en la
decisiva batalla de Camlan, fue
transportado hasta la mítica y
neblinosa Avalon, donde reposa de sus heridas y que, según la
leyenda,
volverá cuando Inglaterra lo demande.
Arturo, el Rey que fue y será.