EL ESCRITOR COMPULSIVO

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El gran Gustavo Adolfo Bécquer

EL ESCRITOR COMPULSIVO

El escritor compulsivo soy yo, Alberto Bellido y este es un blog dedicado a mi mayor afición, a mi mayor pasión: El cine, el séptimo arte.

En el blog los visitantes podrán leer y comentar diversos artículos así como guiones de todos los géneros redactados por mí y sus memorias de realización, es decir, las diferentes intenciones que me guiaron en el momento de crear cada historia.

Espero que todos disfrutéis con mi blog.

Un afectuoso saludo.

domingo, 15 de noviembre de 2015

ROMA, EL APOGEO DE LAS SERIES DE CORTE HISTÓRICO.

La serie Roma significó un  antes y un después dentro de las series de ficción de corte histórico.

Ya comenté, en mi artículo de estreno para este semanario de cultura, que Yo, Claudio, emitida por la BBC británica en el año 1976, fue la serie que mostró y enseñó el camino de las series de esta temática y género, y sin la que no sólo Roma,sino otras muchas series que han surgido durante esta edad de oro de la televisión en la que estamos inmersos, simplemente no existirían.
También hay que reseñar que Roma no habría podido producirse sin el apoyo de un canal de televisión que revolucionó el universo catódico y su oferta allá por los primeros años del nuevo siglo, y que ha sido responsable de varios de sus éxitos más rotundos y significativos, como es el caso de la HBO (Estados Unidos), así como del concurso y la participación del director y guionista, combativo en todos los sentidos, (autor de la adaptación de Conan, el bárbaro),John Milius.
La iniciativa de llevar a cabo una serie ambientada en la Roma imperial fue secundada por la BBC británica y la RAI italiana, convirtiéndose en una coproducción a tres bandas, entre los tres países. Y siendo rodada en los estudios romanos Cinecittá.
Para situarnos mejor cronológicamente, indicar que la serie, (de dos temporadas), abarca desde la conquista de las Galias por Julio César y la lucha entre Pompeyo y éste, hasta la derrota de Marco Antonio y Cleopatra a manos deOctavio Augusto en la batalla de Actium, que se traduciría en el poder absoluto de este último.
Y en medio de ambos sucesos, se produjeron un conjunto de acontecimientos, apasionantes, que convirtieron aquella etapa en la más importante del Imperio romano.
Por aquel entonces, en el Siglo I Antes de Cristo, A.D., Roma dominaba la mayor parte del mundo conocido. Y no sólo eso, sino que también constituyó el primer Imperio que tuvo presencia en tres Continentes: La mayor parte de Europa, el norte de África y Oriente próximo, (ubicado, geográficamente, ya en Asia).
Antes, en la Edad Antigua, ningún Imperio había llegado a tanto, aunque cierto es que habían ocupado grandes porciones territoriales, como el asirio, el babilónico, el persa y el macedonio de Alejandro Magno.
Posteriormente, en las Edades Media, Moderna y Contemporánea, se irían sucediendo Imperios formidables, con presencia en varios continentes, como fueron los casos del bizantino, el árabe, el español y el portugués, el francés, el inglés, el napoleónico francés y el ruso, el alemán y austrohúngaro, (antes y durante de la I guerra mundial), el nazi alemán y el japonés, (antes y durante la II guerra mundial), el estadounidense y el comunista de la Unión Soviética, (durante la Guerra fría), y el chino en la actualidad, entre otros muchos.
Como mencionaba antes, la serie Roma abarca buena parte de los acontecimientos y sucesos más relevantes de cuando su Imperio se hallaba en prácticamente su esplendor y máxima expansión, aún siendo ensombrecido por sus guerras civiles.
La serie se centra en dos Triunviratos de cónsules que desencadenaron la lucha por el poder.
El primero conformado por Julio César, Pompeyo y Craso.
Y el segundo compuesto por Octavio Augusto, Marco Antonio y Lépido.
Del primero saldría vencedor Julio César, mientras que del segundo acabaría triunfante su pariente Octavio Augusto.
Sucesos dignos de mencionar de esta etapa, aparte de las guerras civiles, fueron la conspiración y asesinato de Julio César, (durante los llamados Idus de Marzo); la alianza entre Octavio Augusto y Marco Antonio que derrotó a los asesinos de César, Casio y Bruto, y la partición del Imperio entre Octavio Augusto, (que lideró Occidente y la Capital, Roma), y Oriente, (con Marco Antonio y Cleopatra como dueños de Egipto y su Capital, Alejandría).
Todo ello es narrado en esta serie con un presupuesto y un despliegue de medios, (de producción, vestuario, maquillaje, etcétera), verdaderamente impresionante.
Una producción de auténtico lujo y unas interpretaciones brillantes, (sobre todo cuando muestra las intrigas, que eran el pan nuestro de cada día en el Imperio romano), a la altura de la calidad de la serie.
Y para describir, a grandes rasgos, la Historia con mayúsculas, la producción se sirve de los avatares, aventuras y desventuras de dos soldados, un centurión y un legionario, que establecieron y afianzaron una relación de amistad a medida que los capítulos de la serie se van sucediendo, aunque hay ocasiones que llegan a encontrarse en bandos enfrentados: Lucio Voreno y Tito Pullo.
Cabe destacar que uno, visionando las dos temporadas de esta estupenda serie, se queda con ganas de más. Y no falta razón para respaldar esta aseveración, pues al final de la segunda temporada, la historia queda plenamente abierta, ya que en un principio se había concebido para cinco temporadas, pero fue cancelada a causa, claro está, de su astronómico presupuesto.
Uno incluso llega a pensar que, de haberse cumplido estas previsiones, la historia habría seguido con los hechos ocurridos durante las dinastías y estirpes Julio-Claudia, (aún solapándose con la serie Yo, Claudio),  la Flavia y los Severos, (ya correspondientes al Bajo Imperio, al del declive y la decadencia del Imperio).
No obstante, puede ser muy recomendable para el lector ver las dos series por el orden de su cronología. Es decir, primero Roma, y después Yo, Claudio, (como ha hecho un servidor), o bien por el orden en la que fueron producidas, al revés.
Este fue sólo el principio, pues detrás de Roma vendrían series que pudieron el foco en la Historia y de gran valor didáctico, como Los Tudor, las dos series que relataban las vidas de los Borgias, la de Camelot, la de Los Vikingos y un buen etcétera.

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