La concepción de esta historia surgió una noche por los bares que están situados en las inmediaciones de la conocida Plaza Mayor de Salamanca. Un amigo mío, (que es guardia civil), tenía un amigo, (que parece un mexicano, con piel oscura y su denso bigote), al que le dijo que a mí me gustaba escribir, sobre todo guiones.
Entonces, este inolvidable fenómeno de la naturaleza, (me refiero al del bigote), del que esa misma noche me enteraría que le llamaban "El brasas" y no tardaría mucho en comprender la causa,me estuvo repitiendo y amartillando durante toda la noche que él tenía un amigo que era un mierda porque iba donde estaba otro amigo suyo que tenía un bar y nunca le pagaba y que siempre le fiaba la cuenta. Me dijo que si no era suficiente esto para que se me ocurriera una idea para un guión. Luego, entre todos, me retaron a que nos volviéramos a encontrar dos meses más tarde, una vez que todos hubiéramos escrito un guión, y que valorásemos cuál era el mejor, así el que ganará esta singular competición sería invitado por los demás a una cena. A mí se me ocurrió en los días siguientes a aquella fatídica noche, la historia de este guión y, sobre todo, lo que me resulto más gracioso, el título y su redundancia, extraída de la reiteración en contar la historia de este fenómeno del bigotillo llamado Antonio.
Es una historia de hostelería y del valor de la humildad. Espero que la disfrutéis.
Saludos.
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