El guión de esta historia se me ocurrió un día que me hallaba en uno de los cafés más conocidos de Salamanca, que se encuentra ubicado en pleno centro, en concreto al principio de la Gran Vía y que lleva cerrado desde la aprobación de la controvertida Ley antitabaco, pues es un local en el que se solía fumar todo, de todo lo imaginable quiero decir. Su nombre es el Birland y destaca por un ambiente relajado, (pudiéndose beber todo tipo de batidos y zumos), en el que tan pronto podía escucharse jazz como rock o chill out.
Así fue como, cierto día, en la época que yo más lo frecuentaba, a mi ilusión e interés por realizar un cortometraje, escuché a uno de los que tenía como compañeros de mesa que estaría bien rodar un cortometraje al semidocumental en el que se pudiera grabar a cuatro compañeros de un piso de alquiler, cada uno con sus adicciones y sus reacciones. Entonces, tomé nota de la idea y a los pocos días me puse a escribir un guión sobre el tema y creí que estaría bien simultanearlo con otra historia paralela, (las dos ambientadas en Salamanca), en la que un estudiante, (en este caso, un adolescente), cogiera prestado por unos días un libro sobre drogas para interesarse por los efectos que cada una de ellas puede provocar.
El final es trágico pero sumamente aleccionador. No obstante, espero que, como todos los demás guiones, resulté interesante.
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